martes, 14 de enero de 2014

LAOCONTE DEL GRECO

Laocoonte de El Greco para niños Laocoonte es una de las obras más enigmáticas y personales de El Greco, entre otras razones porque no es un tema religioso y el autor, cuya mayoría de composiciones había sido religiosas, se adentra en el universo mitológico, para representar uno de los temas más controvertidos en cuanto a su interpretación. Hay un detalle curioso y muy extraño a la pintura española y es la utilización del desnudo, los pintores españoles, a diferencia de los italianos, no prepresentaban figuras desnudas, pero aquí contemplamos como todas las figuras se encuentran sin ropa. Recordemos que El Greco estudió en Italia y eso le hace estar en contacto con un tipo de pintura diferente de la española, su estancia, primero en Venecia y después en Roma, donde tuvo oportunidad de estudiar y admirar la obra de Miguel Angel, le hacen conocedor de este tipo de técnica. También resulta curisoso el colorido de los personajes cuya piel representa con esta tonalidad blanquecina, poco a poco en la obra del greco según va pasando el tiempo sus personajes pierden el color de la crane para ser representados cada vez más en este color un tanto extraño y alejado del realismo. El tema como hemos indicado es complicado, debemos centrar la escena durante el asedió de la ciudad de Troya, cuando Laocoonte era sacerdote del templo de Apolo. Laocoonte estaba en contra de la aceptación del caballo que los aqueos habían preparado para Troya y no paraba de hacer advertencias del peligro que podía suponer aceptarlo, llegando a arrojar una lanza sobre el caballo, aunque al final el rey Priamo fue convencido para aceptar el regalo que después sería la perdición de la ciudad. Mientras Laocoonte se dedicaba a sacrificar un toro a Poseidon y lo Troyanos decidían sobre la aceptación del regalo, dos serpientes marinas atacarona los hijos mellizos de Laocoonte enroscandose alrededor de sus cuerpos. Laocoonte intentó salvarlos pero también fue atacado por las serpientes. Virgilio nos muestra que las serpientes fueron un castigo divino por no querer aceptar el caballo. Los troyanos, de hecho, interpretaron el gesto como una señal de que el caballo era un objeto divino y dejaron entrar el gran objeto en la ciudad, con las terribles consecuencias ya señaladas. La manera que El Greco tiene de representarlo se adapat perfectamente al contexto manierista en el que se mueve el pintor, diagonales y cuerpos en tremenda tensión, como el hijo que observamos en primer plano, o bien la figura tumbada en el suelo con la cabeza hacia delante, nos enseñan el momento histórico-artístico que se está viviendo. Como detalle curioso debemos decir que la ciudad del fondo debería ser Troya, pero que El Greco, con todo su desparpajo nos muestra una panorámica de la ciudad de Toledo, donde podemos obervar puertas de sus murallas y otros importantes edificios de la ciudad.

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